Las claves de la resiliencia
Vivimos en un mundo cambiante y
lleno de incertidumbre, sin embargo, es posible aprender a adaptarse y
prosperar en este entorno siempre volátil. Aceptar la realidad y encontrar un
sentido permite crear soluciones con los recursos disponibles y sobreponerse
a las adversidades (cuando lo más fácil es optar por las excusas y enfocarse en
los obstáculos). Además, los valores firmes permiten navegar tempestades,
encontrar argumentos y mantenerse siempre fuerte en momentos de gran
estrés. ¿Qué distingue a los individuos
resilientes?
No todo lo que ocurre alrededor
requiere una reacción y siempre se puede controlar a donde se dirige la
atención. Estar presente significa reconocer lo que ocurre en un momento determinado
sin juzgar y más importante aún, aceptando la temporalidad de los hechos. Solamente
cuando el individuo se separa de las circunstancias que lo rodean puede pensar
con claridad y empezar a tomar buenas decisiones. Una vez que se rompe la
identificación con el problema es posible enfocarse en las soluciones. Al fin y
al cabo, los barcos solo se hunden cuando el agua entra en ellos.
Las personas están acostumbradas
desde pequeñas a asociarse con lo que otros dicen de ellas, pero en situaciones
particulares (por ejemplo, en las que el individuo debe hacerse cargo de su
propia existencia) puede resultar limitante guiarse por la perspectiva de los
demás. De esta manera, resulta fundamental evaluar de dónde vienen y hacia
dónde van dichas definiciones. En otras palabras, es vital separar el ruido de
interpretaciones potencialmente valiosas. A fin de cuentas, es una decisión
personal aceptar o no los comentarios de otras personas, así como aprender a
construir una identidad propia y sacar lo mejor de las interacciones con los
demás.
En una mente balanceada, los fracasos
y las derrotas sirven como impulso para reincorporarse con mayor fuerza y
determinación: aprender la lección y seguir adelante con la satisfacción de
haberlo dado todo. Las situaciones exigentes son la plataforma ideal para
demostrarse a sí mismo que no existe una situación en la que no se puede crecer
y que un propósito claro es el aliado más poderoso ante cualquier obstáculo. Asimismo,
al incorporar la nueva experiencia y asumir la propia responsabilidad en el desenlace
obtenido es posible tomar mejores decisiones en el futuro. A la larga, no
siempre es posible controlar los resultados, pero sí lo es la interpretación
que se da a los mismos.
La vida siempre concede la
posibilidad de elegir, incluso en situaciones que se escapan del control
propio. Nadie puede definir el éxito por otra persona. Nadie puede quitarle a
otro su dignidad, ni la esperanza ni el orgullo. Tampoco pueden robarse la
creatividad o la imaginación, y mucho menos, las habilidades de cada persona. Nadie
puede evitar que alguien prospere, a menos que este renuncie a ello. Las claves
de la resiliencia residen en desarrollar comportamientos positivos ante el
estrés, en el descanso de la mente, y en la visión optimista del futuro. Recuperarse
para seguir adelante:
“Por muy mala que parezca la vida, siempre hay algo que puedes hacer para tener éxito. Donde hay vida, hay esperanza” - Stephen Hawking.
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