Autoconciencia
La autoconciencia implica un conocimiento profundo acerca
de las emociones, fortalezas, necesidades y deseos propios. Los individuos con un
alto grado de autoconciencia reconocen la realidad pero se mantienen en su optimismo,
así mismo pueden identificar cómo sus sentimientos influyen en ellos mismos, en
los demás y en todas sus actividades. Estas personas conocen sus valores y sus
objetivos, saben a dónde van y por qué lo hacen. De la misma forma, son capaces
de evaluarse a sí mismos y a los demás de
manera honesta y constructiva. Cuando un individuo adquiere este nivel de
claridad, se vuelve más seguro y creativo, toma mejores decisiones, construye
relaciones más sólidas y es capaz de comunicarse con gran eficacia. Una persona
autoconsciente entiende que no tiene por qué estar de acuerdo con todos sus pensamientos,
se limita a pensar y examinar sus pensamientos.
Existen dos niveles de
autoconciencia. La autoconciencia interna se relaciona con una mayor
satisfacción en las relaciones personales y en las actividades diarias, también
con un mayor control en el ámbito social y personal, y de manera general, con
un mayor grado de felicidad con la vida propia. Por otro lado, la
autoconciencia externa incorpora la percepción de los demás sobre el individuo,
por lo que las personas que conocen cómo son vistas por otros son más hábiles
al momento de mostrar empatía y entender los puntos de vista de los demás. Estas
características permiten a estos individuos ser más objetivos en sus
percepciones, centrarse en la mejora continua y actuar de acuerdo a sus propias
valoraciones. Afortunadamente, se puede cerrar la brecha entre la percepción de
los demás y la ideal a través de una retroalimentación fiable y una buena dosis
de reflexión.
Las personas efectivas no
intentan suprimir sus experiencias internas, en cambio intentan abordarlas de
manera consciente y productiva, y esta habilidad para gestionar pensamientos y
sentimientos es esencial para conseguir el éxito en varios ámbitos. Reconocer
patrones de comportamiento, etiquetar pensamientos y emociones permite aceptarlos
por lo que son y actuar siempre desde los valores. Cuando una persona se libera
de sus pensamientos y emociones difíciles expande sus opciones y es capaz de
tomar decisiones con beneficios tanto en el corto como en el largo plazo. Las emociones
cambian todo el tiempo, pero los valores tienen la capacidad de trascender
cualquier momento o situación. No es posible dejar de experimentar pensamientos
y emociones desafiantes, pero los individuos autoconscientes no se dejan
atrapar y son capaces de actuar de acuerdo a la vida que quieren vivir y a las
personas que quieren ser.
Reconocer las motivaciones
propias puede resultar en un gran aliado ante la incertidumbre, las personas
exitosas reconocen su propia voz interior y la escuchan. Eso les permite reconocer
los momentos decisivos de sus vidas e identificar y controlar ciertos resultados
y sobre todo su rendimiento en todo momento, ya que conocen mejor sus
fortalezas, debilidades e incluso los prejuicios que limitan su percepción. Cuando
una persona es consciente de lo que disfruta hacer y de lo que busca, le
resulta más fácil reconocer las oportunidades que se le presentan. No importa
lo lejos que piense que ha llegado un individuo, siempre existirán ocasiones
para aprender e incluso, al apartarse de los juicios precipitados, se pueden encontrar aprendizajes dentro de la
crítica. Esto es lo que hace de la
autoconciencia uno de los viajes más apasionantes que un ser humano puede emprender.
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