El Precio de un Sueño

 


Levantar algo noble en un mundo que ya no cree…
es una batalla en múltiples planos.

Uno lucha contra sistemas que premian el atajo,
contra instituciones que no ven el alma detrás de cada producto,
y contra aliados que sólo creen cuando el oro fluye.

Pero la batalla más dura no es externa.
Es contra las propias dudas.
Contra ese silencio que se instala cuando nada parece avanzar,
cuando la visión se vuelve pesada y el entusiasmo escasea.

Porque el poder no está en dominar los elementos,
sino en entregarse a ellos.
No se trata de controlar el fuego,
sino de arder en él sin perderse.

¿Cómo sostener una visión cuando el mundo aún no la comprende?
¿Cómo defender lo invisible con acciones visibles?

Emprender, cuando se hace desde lo profundo,
es un acto espiritual.
Una fusión entre lo intangible y lo concreto,
entre lo económico y lo sagrado.

Nadie te enseña a sostener un sueño cuando duele.
Nadie te prepara para el día en que te sientas más lejos de tu propósito,
aunque estés más cerca que nunca.

Y sin embargo…
la vida se expande y las oportunidades aparecen cuando uno tiene el coraje de seguir creando.

¿Y tú? ¿Qué estás dispuesto a sostener aunque el mundo aún no lo vea?

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