¿Abrazo digital?
Andy Stalman con acierto reflexiona que, ‘el fuego de
la antigüedad, es ahora la internet’, dice que el patio de la escuela es hoy
una red social. La tierra es pequeña si la comparamos con el universo; pero hay
otro nuevo en imparable formación y evolución, llamado internet, quizás
infinito en su capacidad y alcance, y cuyo horizonte no lo vemos ni logramos
entender del todo.
Así en una red social cada uno a su manera, ve y se sabe visto con
su mejor cara y disimula sus defectos, que todos tenemos, dándose una suerte de
vitrina abierta 24/7 - en la cual los talentosos cuidan los detalles – pero
llevando todos implícitamente de alguna manera, una natural falta de aceptación
propia fruto de la inseguridad y sentido de protección. Por supuesto que, en
redes quedan enredadas las publicaciones dadas, las mismas que son un referente
de lo que pensamos, y da una idea del tipo de persona que somos.
El fuego constituyó para el hombre hace miles de años, el lugar alrededor del
cual, se juntaba la tribu no solamente para abrigarse y alimentarse, sino sobre
todo para comunicarse y sentirse parte del grupo; siendo así ‘el nuevo fuego es
la internet’ alrededor del cual gira con o sin pandemia, pero cual pandemia, la
mayoría de la humanidad.
Parecería ser que la internet es un nuevo universo desconocido, en el cual la
humanidad se zambulló por la fuerza de la gravedad social, ya que si no estás
conectado, simplemente no existes. A través de esta “inter”minable vía láctea
digital, los tiempos y distancias tomaron nuevas formas y dimensiones,
rompiendo las reglas vigentes en el mundo off, y dejaron de ser obstáculos y
diferentes, es decir se logró juntar mediante un click el tiempo y la
distancia; esta invención acaso la más relevante del siglo XX, ha generado una
nueva y probablemente incurable adicción, de la que nadie se salva, ni
curiosamente quiere escapar, y que pocos están conscientes, ya que la
importancia y dependencia del celular es ahora mucho mayor, y me atrevería a
suponer amable lector (a) que, su teléfono en este momento (salvo que lo esté
cargando) debe estar a no menos de 90 cms. de usted, si es que no lo tiene en
su mano, cierto? Esta nueva adicción, en realidad no es al móvil, ni a la
internet, sino más bien a la capacidad de comunicación, contenido e información
que obtenemos de éstos, sin perjuicio de los “secretos” que puede guardar cual
cajita fuerte el móvil, consecuentemente cabe reflexionar, cómo nos podemos
quejar si los niños y jóvenes pasan atados a su celular, si los adultos hacemos
lo mismo?
Sin duda la internet es muy útil, incluso en ciertos casos nos puede salvar la
vida; pero también nos puede disminuir vida, por la desmedida absorción de
tiempo en temas inútiles. En buena hora y pese a su inmensa penetración, no ha
logrado superar ni de lejos, la incomparable emoción y conexión que surge del
afecto sincero, cuando damos o recibimos físicamente algo tan simple, tan
humano y tan maravilloso, como un abrazo.
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