Los negocios y los deportes
Existen varias habilidades
empresariales que pueden ser aprendidas fuera del campo de los negocios. Es así
que practicar un deporte permite dominar varias competencias clave para los
profesionales, ya que al dedicarse conscientemente a su práctica, se desarrollan
aspectos esenciales en la personalidad y en la forma de hacer las cosas. En el
largo plazo, estos beneficios se transfieren a todas las esferas de la vida y
se convierten en mejoras significativas. La capacidad de manejarse a sí mismo y
la toma de decisiones son ejemplos de destrezas que se pueden aprender a través
de los deportes. Estas habilidades son útiles no solo en los negocios sino
también son fundamentales para el crecimiento personal, por lo tanto, representan una parte importante de la satisfacción con la vida propia.
En el pasado, los profesionales
no tenían una gran necesidad de manejar sus carreras. Las empresas se
encargaban de escoger el “mejor camino” para sus empleados y ellos podían
dedicarse treinta años a lo mismo. Sin embargo, vivimos en otra época. En la
actualidad, el mundo laboral es más dinámico y las economías en constante
transformación obligan a reinventarse. Dicho de otro modo, los profesionales
tienen la oportunidad de construir su propio camino y son los individuos que se
ubican en donde pueden generar un mayor impacto los que desarrollan, con más
facilidad, su máximo potencial. Aunque es fundamental explotar las fortalezas y
características distintivas de cada uno, también lo es gravitar hacia los
espacios que permiten desarrollar en profundidad las habilidades innatas. De esta
manera, los deportes enseñan que la práctica constante lleva a la maestría y
que no hay nada grandioso que lograr sin la capacidad de hacer compromisos. En ese
sentido, la experiencia demuestra que las personas cambian positivamente cuando
participan en actividades consideran importantes, agradables y acorde con sus
valores.
Dominar un campo específico requiere
considerar todo el espectro de decisiones que se pueden tomar a fin de obtener
el máximo beneficio de la inversión de cada esfuerzo. La toma de decisiones es una de las
actividades centrales de la administración y una parte fundamental de cualquier
proceso empresarial. Los deportistas se encuentran expuestos frecuentemente
a la toma de decisiones con el objetivo de mejorar su desempeño. Por ejemplo,
deben identificar sus actividades clave y cómo
realizarlas. Asimismo, deben establecer indicadores clave para medir sus mejoras. Esto
significa planificar con anticipación y tener la capacidad para cuantificar su
progreso en cualquier momento. Además, las decisiones en los deporte son
dinámicas, es decir necesitan ser tomadas en tiempo real y bajo presión. Con el tiempo y
la práctica, esto lleva a una mentalidad orientada a objetivos, que
trasciende la esfera deportiva y emerge en otros aspectos de la vida, como el
ámbito profesional.
El mundo de los negocios exige un
compromiso total y un enfoque claro en las tareas que deben realizarse. La capacidad
para manejarse a sí mismo es la que convierte a los soñadores en triunfadores. Esta
habilidad implica un autoconocimiento profundo y el empoderamiento necesario para
hacer que las cosas sucedan. Por otro lado, la toma de decisiones efectiva es
la que distingue a los individuos destacados del resto y les permite alcanzar
sus objetivos de manera eficiente. Ambas habilidades son vitales para tener
éxito en las actividades diarias y representan aspectos clave de la vida
empresarial. En los deportes, una parte esencial del éxito es vencerse a sí
mismo. Cuando los profesionales se “administran” a ellos mismos como empresas
(como los deportistas cuando buscan resultados excepcionales) pueden aprovechar
al máximo su tiempo y recursos. En definitiva, centrarse en sí mismos y en sus procesos les permite
establecer indicadores para medir sus resultados (otra habilidad comercial clave que conduce a la mejora continua).
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