La importancia del Branding



El poder de una marca está en su capacidad de influir en el comportamiento de compra del cliente. Una marca correctamente posicionada no se vende, es escogida por el cliente sobre sus competidores. Por lo tanto, una marca es el activo intangible más valioso de una empresa, y en muchos casos, se convierte en una garantía de calidad de un producto o servicio. El branding engloba todo el proceso de crear y desarrollar una marca, y tiene como objetivo principal conseguir ventas de manera eficaz. Es así que, es posible utilizar el nombre de un producto o de una empresa como una herramienta para lograr un mejor posicionamiento en la mente del consumidor.

El branding se encarga de hacer que un producto o una empresa sean recordados con claridad, y más allá de eso, que sean preferidos sobre los demás. Una buena marca debe apropiarse de una palabra en la mente del consumidor, el branding resulta esencial en la búsqueda de notoriedad. Los consumidores prefieren hacer fila en un restaurante lleno que comer en uno vacío, por lo tanto, lo que dicen los consumidores sobre una marca es más importante que lo que dice la empresa sobre su propia marca. El branding busca intervenir de manera anticipada en este proceso y crear una percepción favorable al respecto, permitiendo de alguna manera “pre-vender” el servicio o el producto.


Evidentemente, el branding va más allá de escoger un nombre llamativo o crear un logotipo para una empresa. El branding consiste en captar la esencia de la empresa y, en el largo plazo, busca diferenciar a la marca de la competencia. Una marca bien trabajada capta una idea o atributo único (diferenciador) del producto o servicio que se espera vender. La marca debe representar en la mente algo simple y concreto, ya que la percepción de calidad solo existe en la mente de los consumidores. En definitiva, una marca no es más que una idea o concepto singular que se tiene en la mente del cliente potencial, por lo que es fundamental llegar con un mensaje adecuado que describa la identidad y defina la personalidad de la empresa.

Uno de los aspectos clave del branding es que refuerza la posición competitiva de una empresa, porque crea un impacto positivo alrededor de la principal o principales características de su marca. Este proceso de resaltar, a veces valores intangibles, permite anticiparse a la competencia y ocupar un lugar privilegiado en la mente del consumidor. Un branding efectivo permite a las empresas utilizar su marca como su principal credencial, como un sinónimo de autenticidad y credibilidad, y sobre todo, resulta básico para emparejar el valor percibido de un producto o servicio con su precio. En un mundo competitivo, donde todos dicen ofrecer lo mejor, es vital construir una marca; al fin y al cabo, la percepción del valor de productos y servicios solo existe en la mente del consumidor. ¿Qué esperas para diferenciar tu vaca del resto de las reses?

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