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Mostrando entradas de diciembre, 2025

La economía del atajo

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  En Ecuador, pocas ideas culturales han hecho tanto daño como la viveza criolla . Ese conjunto de prácticas que celebran al que evade, sortea, engaña o manipula “porque así es como se mueve el país”. Lo que muchos consideran astucia es, en realidad, una forma de sabotaje económico con efectos estructurales. La viveza criolla no es solo un problema moral, es un problema empresarial, institucional y de competitividad nacional. En un mundo donde los mercados se globalizan y la eficiencia se diseña con precisión quirúrgica, seguir operando bajo una cultura de atajos es la garantía más segura de fracaso colectivo. La base de cualquier economía sólida es la confianza en las reglas del juego, pero la viveza criolla opera como una fuerza anti-mercado y convierte cada interacción en una excepción. Nada es estándar. Nada es predecible. Lo que afuera se resuelve con un contrato, aquí suele requerir “gestión”, “contactos” o “intermediarios”. Esa fricción mata la competitividad. Puede parece...

La belleza de la pausa

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  Vivimos en un mundo que avanza como si hubiese sido diseñado para máquinas, no para personas. Todo es urgente, inmediato, frenético. La productividad es un credo, la eficiencia un mandamiento, la velocidad una condición moral. En medio de ese ruido permanente, el silencio se ha convertido en un lujo. La quietud, en una rareza. La reflexión, en un acto subversivo. Pero quizá lo más preocupante es que hemos empezado a normalizar este ritmo como si fuera lo natural. Como si nuestro cuerpo no necesitara descanso, como si nuestra mente no reclamara espacio, como si nuestras emociones fueran un estorbo para avanzar. Y es justamente ahí donde comienza la pérdida, cuando dejamos de preguntarnos para qué estamos avanzando y hacia dónde. Mientras el caos y la velocidad nos arrastran, olvidamos que moverse no siempre es progresar. Estamos rodeados de agendas que no son nuestras, metas heredadas y hábitos automáticos. Muchos viven atrapados en una inercia que ni siquiera eligieron. El pro...